La abrogación total de la impopularmente llamada “Ley Bala”, obedece más a un berrinche legislativo local, que a una concienzuda acción de los diputados locales, ya que dejan en un vació legal la operatividad de las corporaciones policiales en la entidad.
Si bien, la Ley para Proteger los Derechos Humanos y que regula el uso legítimo de la fuerza por parte de los elementos de las instituciones policiales del Estado de Puebla, nació en un momento de total impopularidad y enfrentamiento social, además de tener fallas de apreciación en su redacción y justificación, también es cierto que sentaba la bases para regular el uso de la fuerza policial, ya que ante la carencia de manuales que establezcan las acciones de las corporaciones de seguridad, esta ley por lo menos llenaba un vacío legal existente.
Si en verdad, los diputados querían hacer algo útil, hubiera sido preferible una reforma y no cortarle la cabeza a la ley a manera de una cacería de brujas.